Este es el segundo cántico y final de mi oda a la Diosa Elune.
Como siempre, con mucho cariño para todos y que ojalá les guste.
Porque cien mil millones de dragones feéricos son tan solo la avanzada de tus ejércitos, Diosa Elune.
Y diez mil millones de naarus son la embajada de tu reino.
Siete mil millones de años-luz son como el amanecer que entra por las ventanas de tu palacio.
Y la vida del universo es como el trabajo de tu jardín, bella Elune.
Perdona el enojo de tu sacerdotisa Tyrande, tú conoces lo profundo del dolor en su corazón.
Y comprende y apiádate del joven Illidan, tú conoces los motivos de su proceder.
Porque tu luz lo escudriña, lo revela y lo comprende todo desde el inicio de tu creación hasta la culminación.
Tu voz guía las corrientes de aguas y los rayos de tu luna azul iluminan todas las fuentes.
Mi fe inquebrantable en ti aumentará aún más al buscarte entre los bosques antiguos de Selvardien.
Seguiré los buenos susurros de tu voz y aprenderé tus misterios. Poderes antiguos de la naturaleza.
Ciclo infinito y renovación son tus poderes que depositaste al inicio en la naturaleza.
La ciencia y conocimientos de druidas y chamanes son facetas de tu poder, Elune, Creadora de los Viajeros de la Lejanía.
Sí, porque tú hiciste el Khalani durante los albores del universo. Y el K’areshi, junto al Eredar.
O shar’as shi’el, Elune. Khas ara’shar. Na Adan Atum! Tor ilisar’thera’nal!
Y ahora Azeroth aguarda tu llamado, a fin de despertar e ir a la batalla contra el vacío frío y aterrador.
Junto a la titán y tus ejércitos iré veloz a la batalla, cruzaré la falla de la realidad llevando tu estandarte de esperanza; Elune, tú, la de cabellos blancos y azules.
El primer cántico de la oda lo pueden leer aquí: